

Pues ya desde la fundación de Hofbräu en 1589, su Münchner Weisse ocupa un lugar descatado en el mundo cervecero alemán.
Se caracteriza por un color dorado pálido, algo turbio, y una espuma densa y blanca, de gran persistencia. Los típicos aromas de las cervezas de trigo, a clavo y plátano maduro, son muy suaves, acompañados de un toque ligeramente agrio, incluso con cierta reminiscencia a naranja dulce. El trago resulta agradable y equilibrado, con chispa.
Una cerveza alemana inolvidable por su rica espuma y su sabor refrescante.